Pagoda Wok
La cocina fusión asiática está disponible en todos los formatos; sushi, tallarines, arroz, soja y miles de ingredientes y presentaciones que le han permitido colarse por todos los rincones del mundo. Aquí, en la ciudad del sol, acampó Pagoda WOK, un poema culinario listo para llevar.
En la Av 3F se erige la estructura semejante a un templo oriental, con un único ambiente, de madera en su totalidad, podrás sentarte al nivel del piso, sobre cómodos cojines con una vista de la cocina, presentada en el formato de un container remodelado, o los interesantes techos de inspiración pictórica.
Aire fresco circula alrededor de la decisión que tomarás en cuanto al menú, pues en primer lugar elegirás una base, optando entre tallarines (de trigo, de arroz, integrales o de huevo), arroz (blanco o integral) o vegetales. El elegido de la noche fue el arroz, acompañado de un favorito de pollo, que ganó sobre las opciones para carnívoros de salmón, cerdo, res y camarones, y para vegetarianos, de brócoli, carne de soya, merey, champiñones y piña, entre otras.
A esa combinación, finalmente, la llevarás a la ciudad de tu preferencia. Yo decidí viajar a Shangai, pues es el nombre de la salsa de soya, el básico de la victoria, que permitió degustar un plato con la herencia de todos los sabores que se combinan en el WOK; con palitos o tenedor, da igual, lo importante es personalizarlo tanto como quieras. Si no eres amante de la soya, tendrás disponible salsa teriyaki, picante, de coco y curry, agridulce, de ajo y pimienta o la lujosa salsa de ostras.
¿Para tomar? Seguramente el más tradicional preferirá té natural, pero la recomendación es Mango Thai, pues la bebida de la casa tiene méritos suficientes para merecer un brindis celebrando el placer de comer sin necesidad de postre. ¡Salud!
Cristina Bustamante
@crisssland
